Por María Fernanda Matus Martínez
La 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima inicio este día 10 de noviembre de 2025 en Belem, Brasil, con un llamado a los países miembros para duplicar el compromiso financiero que se requiere para el logro del objetivo que es un calentamiento global menor a los 1.5 oC en 2030.
El presidente de la COP 30, André Correa do Lago, expresó que esta cumbre debe ofrecer soluciones, es decir, debe ser una cumbre de ejecución.

Expresó que los esfuerzos como el Protocolo de Montreal y el Acuerdo de París han rendido frutos, por tanto el multilateralismo sigue siendo el camino para luchar contra el cambio climático.
Expuso que el Protocolo de Montreal “ha logrado eliminar el 95% de los gases que provocaron el agujero de ozono, mientras que el Acuerdo de París, firmado hace 10 años, tuvo lugar en un momento en el que se preveía que íbamos a superar los cuatro grados de temperatura [a finales de siglo]”.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó en su discurso que “el cambio climático no es una amenaza para el futuro, sino una tragedia del presente”.

“Acelerar la transición energética y proteger la naturaleza son las formas más eficaces de contener el calentamiento global”, aseguró.
Por su parte, el secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, afirmó que las negociaciones y acuerdos asumidos durante las COP están haciendo que la curva de emisiones de gases de efecto invernadero “se incline hacia abajo”.

En tanto, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, resaltó la importancia de los bosques y de la transición energética como pilares esenciales para contener el calentamiento global y fortalecer el régimen multilateral.
Previo a esta ceremonia, se ha emitido la “Declaración de Belém sobre el Hambre, la Pobreza y la Acción Climática Centrada en el Ser Humano”, cuyas líneas de acción son:
1.-Convertir la protección social en un fundamento de la resiliencia
2.-Apoyar a los pequeños productores de alimentos como agentes de resiliencia
3.- Facilitar transiciones justas para los pueblos de las regiones de bosques y ecosistemas sensibles.
Como medios de implementación se han planteado los siguientes:
- Proporcionar financiación equitativa y a gran escala para la acción climática centrada en las personas
- Integración de la acción centrada en el ser humano en las estrategias nacionales
- Acción climática centrada en el ser humano en situaciones de fragilidad y crisis prolongadas
De acuerdo con lo que se puede leer en esta declaración, para 2030 las proyecciones indican que casi 60 % de las personas en situación de pobreza extrema en el mundo, unos 435 millones, vivirán en economías afectadas por conflictos o inestabilidad.
El hambre, la inseguridad alimentaria, la malnutrición y la pobreza son consecuencia directa o indirecta de los impactos del cambio climático y la degradación ambiental asociada.
La acción climática y humanitaria, en sinergia con la asistencia para el desarrollo y los sistemas de protección social, debe fortalecer las capacidades nacionales y locales mediante la inversión en enfoques preventivos y la preparación antes de que se produzcan crisis, facilitando una respuesta eficaz durante fenómenos meteorológicos extremos y otros impactos relacionados con el clima, y apoyando el fortalecimiento de la resiliencia, la recuperación y la adaptación a largo plazo.
En el documento, los firmantes instan a los socios en materia de clima, ayuda humanitaria y desarrollo a que mejoren urgentemente la coordinación entre la asistencia humanitaria, el clima y las acciones de desarrollo en países en situaciones de fragilidad o crisis prolongadas y a que actúen de forma más eficaz conjuntamente para crear las condiciones necesarias para un desarrollo liderado por los gobiernos y las comunidades locales, colaborando con los sistemas, programas y políticas nacionales cuando sea posible, y reconstruyéndolos cuando sea necesario, respetando las estrategias tradicionales y positivas de adaptación, los principios humanitarios y la sensibilidad al conflicto. Instamos a los actores de la financiación climática a que faciliten una financiación accesible, flexible y plurianual para estos contextos, aumentando la disponibilidad de recursos para emprender de forma oportuna acciones climáticas centradas en las personas.
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