Muchas de las oportunidades actuales de mejora de ahorro y uso eficiente de la energía se han dado por el avance en la tecnología de los equipos de uso final, que ha ocurrido desde la llamada crisis petrolera de hace 50 años. El desarrollo de equipos de fuerza motriz, iluminación, refrigeración o de generación de vapor, por señalar algunos, se han debido a nuevos diseños y mejores materiales, lográndose mejoras en equipos que proveen servicios energéticos. Un gran ejemplo es el de la iluminación, que ha pasado de lámparas incandescentes a lámparas LED (con las fluorescentes compactas de por medio), lo que ha traído consigo una reducción de hasta 90% en el consumo de energía para un mismo nivel de iluminación.

Nuevas tecnologías se han ido integrando a los equipos, en particular las asociadas a la electrónica, que han venido a sustituir, en la iluminación y la fuerza motriz, elementos mecánicos o eléctricos encargados de la regulación, evitando así el consumo innecesario. De esta manera, a equipos como motores eléctricos operando en condiciones variables se les han instalado variadores electrónicos de velocidad, lo que ha permitido mantener niveles altos de eficiencia energética en un rango amplio de cargas, como lo que aplica a sistemas de refrigeracióninverter. La electrónica ha servido también para regular la intensidad de la iluminación y/o para iluminar espacios sólo cuando están ocupados, disminuyendo el desperdicio.
Sin embargo, ha sido la evolución a una perspectiva de sistemas (más que de elementos o equipos individuales) donde hoy en día se perfilan las mejoras en la eficiencia energética. En esta línea, considerar a una instalación completa como un sistema integrado permite revisar los arreglos de equipos en conjunto y sus conexiones, sean estas en forma de elementos que permiten el flujo de gases y líquidos, o de la corriente eléctrica. Un ejemplo de esto ha sido lo que ahora se generaliza en sistemas de calentamiento de agua en sistemas con cargas variables (como hoteles), a pasar de los tradicionales sistemas de caldera y tanque de almacenamiento de agua caliente, a los que se componen de arreglos de calentadores en serie que se encienden según la carga.
De manera más radical, es la integración de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), hoy día muy accesibles técnica y económicamente, lo que permite operar sistemas con una mayor eficiencia al permitir mediciones, evaluaciones y actuaciones continuas y a distancia de todas las variables importantes en el funcionamiento de los sistemas. Ejemplos de esto es lo que ocurre en sistemas de alumbrado público, donde sistemas de telegestión no sólo permiten regular los niveles de intensidad según las necesidades, sino también identificar fallas puntuales para su corrección.
Finalmente, en una etapa superior de la aplicación de las TIC, está la inteligencia artificial. Ésta permite identificar, con base a comportamientos previos y mediciones continuas, la necesidad y las características de ajustes en el funcionamiento de los sistemas, de manera que se optimice el uso de energía en función de su costo o, en su caso, de su impacto ambiental.

